Si vivías a mediados de los 90 y tu juego preferido de los salones recreativos era el Sega Rally Championship, entonces solo tenías dos opciones; atracar un banco o comprarte la versión para la videoconsola Sega Saturn. Naturalmente elegí esta ultima.
Empezábamos la partida escogiendo tipo de juego; práctica, contra-reloj, pique contra un amigo o ir directamente al modo campeonato, adaptación de la recreativa para la videoconsola Sega.
Para esta opción la más adictiva a mi juicio, debíamos escoger entre un Deltona Integrale con los preciosos colores de Martini Racing o un Toyota Celica GT Four ST del TTE, con decoración Castrol, difícil elección, ambas monturas eran igual de efectivas y estaban disponibles en versión automática o manual (imprescindible para puristas de la conducción).
Empezamos la partida en la posición nº 15 y debemos remontar hasta el primer lugar en solo tres carreras.
La primera etapa comenzaba en el tramo Desert, algo parecido al Safari, el copi nos cantaba notas en inglés, easy right-left, long medium, key, por si no te coscabas, las notas venían acompañadas de iconos de colores en la parte superior de la pantalla, según su dificultad. Los tramos no eran muy largos y acababas memorizándolos fácilmente y prescindiendo del copi.
Debías completar 3 vueltas antes de agotar el tiempo preestablecido según la dificultad elegida.
Uno de los fallos del juego radicaba en la presencia de la música, en los juegos de conducción le encuentro poco sentido, pero este era un precio bajo a pagar por ser una excelente conversión de una máquina de salón.
Debías completar 3 vueltas antes de agotar el tiempo preestablecido según la dificultad elegida.
Uno de los fallos del juego radicaba en la presencia de la música, en los juegos de conducción le encuentro poco sentido, pero este era un precio bajo a pagar por ser una excelente conversión de una máquina de salón.
El tramo Desert era el mas rápido con largas cruzadas de un eje trasero generalmente muy vivo que nos obligaban a corregir constantemente. El helicóptero nos seguía de cerca.
El siguiente tramo era el Forest. Un mixto asfalto-tierra que imitaba un puerto de montaña con túneles y numerosos espectadores a ambos lados del trazado.
El inicio era en asfalto, agarraba bastante invitando constantemente a culear el coche para inscribirlo en curva, con el consiguiente chirrido de gomas. Pero a mitad de tramo pasaba a una gravilla resbaladiza. Muchas veces no importaba demasiado chocar con los muretes y paredes laterales, pues al ser un arcade el auto no se dañaba, hasta en ocasiones parecías ganar tiempo, solo un ¡uhouu! del copi te indicaba el impacto.
El Mountain era un tramo integro de asfalto, algo ratonero, con numerosas horquillas que parecía transcurrir en los alrededores de una ciudad medieval italiana o española. Aunque no hay que perder de vista nunca que se trataba de un arcade, si enlazabas una buena vuelta sin toques, entonces este juego te permitía sentirte como un Auriol o un Kankkunen.
Un regalo extra al acabar en primera posición el juego era desbloquear el Lake Side, algo así a medio camino como un Rac Británico y un 1000 lagos, super estrecho, muy deslizante, cuyo truco era hilar fino y no balancear en exceso el auto para no perder tiempo. El trazado más exigente, pero también sus decorados eran los más bonitos.
Tras acabarlo te salían los créditos del equipo creador. Si completábamos el Lakeside con éxito te aparecía otro valioso extra; un espectacular Lancia Stratos Alitalia "Sandro Munari", una bestia muy potente pero en exceso sobreviradora, cuya conducción requería muchas horas de practica para domarla...
Tras acabarlo te salían los créditos del equipo creador. Si completábamos el Lakeside con éxito te aparecía otro valioso extra; un espectacular Lancia Stratos Alitalia "Sandro Munari", una bestia muy potente pero en exceso sobreviradora, cuya conducción requería muchas horas de practica para domarla...
Yo recuerdo este videojuego casi 20 años después, como uno de los que más he disfrutado, un juego redondo, adictivo, bien hecho, con el que se podían "malgastar" muchas horas. Pero con el tiempo al haber tan pocos autos y circuitos me acabé aburriendo, tampoco la Saturn ofrecía demasiadas opciones alternativas al SRC. Por desgracia ya no vale la pena arrepentirse después de tanto tiempo pero acabé vendiendo juego y consola.