Nuestro país ha sido y es, uno de los principales productores del mundo en la fabricación de automóviles, ocupando en los últimos años la octava posición del ranking mundial. Nada mal! diréis, sin embargo nuestra industria ha acarreado tradicionalmente unas particularidades propias y unas carencias derivadas de su historia. Una de estas deficiencias ha sido tradicionalmente la falta de oferta en coches deportivos patrios.
Para entender las causas antes debemos conocer los condicionantes históricos. Sin entrar en demasiados detalles podemos resumir la historia de la fabricación de coches españoles en varios periodos. El primero duraría hasta la Guerra Civil, con una industria prolífica y floreciente con marcas propias como Hispano-Suiza, Elizalde, Abadal, David, Ricart, junto con otros fabricantes extranjeros como Ford afincados en nuestro país.
Tras la Guerra Civil se establece un periodo de autarquía y economía dirigida por la dictadura franquista que penaliza a los automóviles y turismos en favor de la fabricación de camiones y elementos de transporte colectivos y maquinaria agrícola. Ello afectó gravemente a la Pegaso de Wifredo Ricart, brillante ingeniero, quien había desarrollado autos de competición para Alfa Romeo, paralizando la fabricación de su fabuloso Z-102, el cual había despertado la admiración mundial a principios de los años 50.
Una tercera etapa fue la creación de la Seat, auspiciada por el INI y los acuerdos con la FIAT para fabricar bajo licencia italiana su modelos. Otras iniciativas privadas se acogieron a esta formula por ejemplo; la F.A.S.A con la Renault o la Citroën Hispania S.A , la Santana tomando modelos Land Rover, la vitoriana Industrias del Motor con un acuerdo con DKW, y la Barreiros fabricando Chrysler y Simca. Otro ejemplo de esta fabricación bajo licencia extranjera fue el caso de la pamplonesa Authi que ya tratamos aquí . Todo ello aunque supuso la implantación de modernas factorías y un auge de la industria automovilística en nuestro país, también conllevó un déficit de autonomía en campos como el diseño propio y la dependencia de modelos de otros lares, haciendo patente la funesta frase aquella de "que inventen ellos y nosotros nos aprovechamos de sus invenciones" de Unamuno.
Esto se haría todavía mas evidente en la etapa conocida como la del Decreto Ford, por el cual se reducía las exigencias del ministerio de industria tanto en volumen de producción como de participación local en la inversión de capitales foraneos. La nueva regulacion mas permisiva abrió las puertas a la creación de las plantas Ford de Almusafes y Opel de Figüeruelas, la Nissan de Barcelona, la Mercedes en Vitoria y la Peugeot-Talbot en Villaverde.
Es por ello que en la historia de la automoción española encontramos un déficit importante de autos deportivos exclusivamente diseñados y producidos aquí. Si bien algunos modelos como las berlinettas Alpine de FASA, los Seat 124 Sport o los Lancia HPE fueron modelos made in spain, su autentica creación tuvo lugar fuera de nuestras fronteras.
Pero rebuscando mucho encontramos automóviles deportivos 100 por 100 nacionales, alguno de los cuales en su momento no tenían nada que envidiar a otros deportivos foráneos.
Comenzamos un repaso cronológico que nos llevara hasta los tiempos actuales, donde las cosas parecen por fortuna estar cambiando.
HISPANO-SUIZA ALFONSO XIII (1911)
ÁLVAREZ/M.A. (1923)
DONOSTI (1928)
ARH CÓNDOR (1969)
SERRA BOULEVARD (1972)
(1977)