Justo en la confluencia de las estribaciones del Monte Igeldo con la desembocadura del río Oria hallamos la pequeña villa de Orio.
Actualmente el pueblo no renuncia al pasado marino pesquero como delatan su lonjas y astilleros, pero también debido a su cotizado enclave costero se beneficia de un turismo familiar cada vez más en auge. Así no es extraño encontrarse en la Playa de la Antilla hoteles, campings y zonas de segunda residencia.
Si no sois muy amantes del baño, siempre podéis pasear por los montes cercanos o atravesar las dunas y acercarse hasta un pequeño pero completo parque de aves.
El abrigo de la ria constituye un emplazamiento ideal para un puerto deportivo.
Tras un relajante paseo colindante a la ria, no tardaremos en llegar al otro extremo de la población natal del insigne escultor Jorge Oteiza.
En el paseo por su casco urbano nos llamará la atención numerosas banderas amarillas colgadas en la balconadas, son los colores de su exitosa tripulación de traineras, ganadora de 32 Banderas de la Concha, de San Sebastián la más prestigiosa competición del norte.
En el paseo por su casco urbano nos llamará la atención numerosas banderas amarillas colgadas en la balconadas, son los colores de su exitosa tripulación de traineras, ganadora de 32 Banderas de la Concha, de San Sebastián la más prestigiosa competición del norte.
Como en tantos otros pequeños pueblos vascos nos sorprenderá el voluminosos tamaño de la parroquia. El templo de San Nicolás es el centro alrededor del cual se aglutinaron las empinadas callejas con sus nobles caserones.
En el casco antiguo y en los alrededores de la Plaza del Pueblo no faltaran lugares donde poder tomar una buena sidra y deleitarnos con un(os) pintxo para entrar en calor.
No tardaremos en volver ver a aparecer la omnipresente ria que delimita el pueblo, y en su muelle no es difícil ver atracados numerosos pesqueros.
Si seguimos con apetito a la salida del pueblo por la carretera local N-634 en dirección a San Sebastián encontramos los mejores restaurantes de la zona y si proseguimos la carretera veremos a su margen el río Oria conformando un rico conjunto natural de marismas y humedales.
En el casco antiguo y en los alrededores de la Plaza del Pueblo no faltaran lugares donde poder tomar una buena sidra y deleitarnos con un(os) pintxo para entrar en calor.
No tardaremos en volver ver a aparecer la omnipresente ria que delimita el pueblo, y en su muelle no es difícil ver atracados numerosos pesqueros.
Si seguimos con apetito a la salida del pueblo por la carretera local N-634 en dirección a San Sebastián encontramos los mejores restaurantes de la zona y si proseguimos la carretera veremos a su margen el río Oria conformando un rico conjunto natural de marismas y humedales.
Gracias a estos reportajes al menos ya ubico las localidades que veo en los carteles cuando me dirijo a Francia. Orio se me queda en la cabeza desde luego!
ResponderEliminarLo bueno es que en poco espacio de tierra hay muchísimo que ver, sentir y probar. La gastronomía vasca es mundialmente reconocida!
Un saludo y a seguir "golfeando".
Cerca de Orio has pasado seguro, es un puente gigantesco en la AP8 desde el que se divisa el mar el puerto, es la salida anterior a la de Zarautz
EliminarSeguimos "Golfeando" a pesar de sus 26 primaveras, para un coche totalmente original y sin restaurar no está mal.
Un abrazo!
què lindo lugar, es como una ventana al tiempo.
ResponderEliminarnosotros tenemos algunos lugares que tambièn parecen detenidos en el tiempo, aunque generalmente estàn en medio del campo, lejos de la costa,
y no tienen tanto glamour.
me sorprende que siempre tus paseos con con mal tiempo, no pensaste en llevar un amuleto? (o un paraguas)
Como amante de lo antiguo y de la historia me gustan los pueblos que han sabido conservar su patrimonio y lo exhiben cuidadosos y orgullosos.
EliminarEste ha sido el mes mas lluvioso desde que se tienen registros, con inundaciones, desbordamientos y los embalses a rebosar, eso cuando no ha nevado.
Saludos!
sùmale la nieve que hubo en estos dìas
EliminarY en estos momentos es cuando esa sensación llamada envidia comienza a invadir mi cuerpo...
ResponderEliminarSeguro que en tu tierra hay rincones maravillosos...y mejor tiempo, jaja.
Eliminarabrazos!
hermoso lugar, la combinacion entre la costa, montañas de fondo y construcciones antiguas. Muy pintorezco.
ResponderEliminarhace 1 año estuve en Buzios, Brasil, un pueblo de pescadores devenido en lugar turístico.
saludos!
Me gusta la costa pero rodeada de acantilados y montes, donde rompa el mar con fuerza.
EliminarPor suerte o por desgracia suya, los enclaves costeros pesqueros han debido de reconvertirse en zonas turísticas, pero algunos todavía no están demasiado masificados y mantienen su historia y su patrimonio en pie.
Abrazos!
Y un buen txakoli, uno, que hay que conducir
ResponderEliminarimprescindible degustar un DO de Getaria y a poder ser en una mesa con un pescado a la parrilla, mmmm.....
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