Debo confesar que esta ruta la desentrañe primero sobre la bicicleta y aunque a momentos es exigente, los parajes por los que discurre resultan toda una recompensa al esfuerzo. Para esta ocasión cuento con la fuerza tractora de mi golfete, a pesar de su edad se encuentra mucho más en forma que un servidor.
El puerto de Erlaitz transcurre por el Parque Natural de Peñas de Aia. La leyenda cuenta que Sansón estando de paso por la localidad de Aia, lanzó enfurecido tres gigantescos peñascos que fueron a caer a unos 30 Kms de distancia. Los tres colosos graníticos conocidos como las Peñas de Aia, son unas cumbres trillizas fácilmente distinguibles que se elevan por encima de los 800 metros sobre el nivel del mar.
La carretera GI-3454 une en sus 12 Kms las localidades de Oiartzun e Irún. La travesía tiene dos vertientes; la más empinada parte desde la capital del Bidasoa, en mi caso por proximidad tomo el desvió cercano a Oiartzun.
La carretera en sus inicios no es demasiado revirada pero si muy empinada, en apenas cuatro Kms ascendemos unos 500 mtrs, a partir de ahí llanea bastante, incluso encontraremos algún tramo descendente.
Discurrimos entre bosques pero después aparecemos en una vaguada con unas vistas espectaculares sobre los valles cercanos, incluso a lo lejos en días claros divisamos la Isla de Santa Clara y la Bahía de la Concha.
En las laderas vemos pastar tranquilamente las Latxas, la variedad autóctona de oveja.
De nuevo la ascensión se empina y para salvar al desnivel recurre a espectaculares curvas de herradura, lugares ideales para estirar las piernas y aprovechar para tomar fotos.
Justo delante nuestro divisamos otra pared rocosa, es el Monte Jaizkibel que nos tapa la visión del Mar Cantábrico. Por si no recordáis os dejo aqui la crónica de ese paseo.
En este tramo se realizan competiciones automovilísticas, una de las caras amargas de esta afición por la velocidad son los accidentes y en último término los fallecimientos.
Por desgracia encontramos en esta carretera una estela funeraria, gesto de despedida precioso y muy emocionante por parte de familia y allegados de José Angel Calderón.
Estos pastos son la casa numerosos animales, entre ellos destacan las Pottokas unos caballos salvajes, cuando digo salvajes quiero decir que no tienen dueño humano, pues su comportamiento es ejemplar y apacible, siempre y cuando no loas atosiguemos claro.
A lo largo de la carretera encontraremos aparcamientos con centros de información y señalización para realizar excursiones a pie por la zona, una de la más recomendables es la de los Cromlechs, (esta si la realicé tiempo atrás), para ver las antiguas piedras funerarias del periodo Megalítico.
Tras otro tramo de ascenso llegamos a una ladera donde se haya la edificación que da nombre al puerto. Siento decepcionaros un poco pero ni es un castillo ni albergó a ningún rey, se trata de una construcción militar reutilizada en diferentes conflictos bélicos, pero existen numerosas leyendas sobre el lugar ahora en ruinas.
Una de ellas cuenta que un empresario cansado del fracaso en su búsqueda de vetas y galerías ricas en minerales, hizo un pacto con un Fauno del lugar, este ser mitológico a cambio de revelarle los lugares mas fructíferos para el negocio, reclamaba los derechos sobre su descendiente. Por aquel entonces el minero soltero y desesperado por prosperar firmó el pacto.
Con el tiempo, de vuelta a su patria se casó y retornó al castillo con su esposa y por un tiempo fueron felices y ricos, pero no comieron perdices pues la mujer quedó preñada, dando a luz una horrenda criatura y murió en el parto, el minero acto seguido enloquecido quemó la casa, huyó despavorido del lugar y nunca mas se oyó hablar de el.
Por si acaso no accedo a esas ruinas algo siniestras y sigo mi camino. A partir de aquí comienza un descenso pronunciado hasta Irún que en ocasiones nos depara una visión despejada desde las alturas de la Bahía de Txingudi, la localidad de Hondarribi y de los montes cercanos fronterizos con Navarra.
Durante el descenso ademas de tener que trazar varias paellas debemos estar al tanto de sortear numerosos troncos y ramas diseminadas por la carretera debido a los azotes del viento.
A parte de estos lances el trayecto es solitario y entre semana veremos mas excursionistas y ciclistas que vehículos.
En definitiva uno de esos lugares naturales mágicos, llenos de historia, leyendas y de gran belleza natural.
Como siempre os dejo todas las fotos en mi Flickr.