Esta denominación traducida del inglés Personal Luxury Coupe, hace referencia a grandes vehículos norteamericanos de tres volúmenes, dos puertas y en ocasiones convertibles. Solían montar gigantescos V8 y transmitían la potencia a las ruedas traseras.
Aunque a priori podemos pensar que estamos delante de autos deportivos, su filosofía estaba más orientada al lujo, al confort y a la ostentación que a las prestaciones puras y al comportamiento dinámico.
Otro de sus argumentos de venta era la posibilidad de personalización (de ahí su nombre) con numerosas opciones de equipamiento, normalmente de interiores, como maderas del salpicadero, asientos de piel o terciopelo, reproductores de música y diversos accesorios eléctricos.
Exteriormente también se popularizaron, los fins interminables, extravagantes tail lights, los tonos pastel, paragolpes en forma de quillas de barca, los techos de vinilo, las ventanillas tipo opera, las ruedas carenadas, neumáticos con bandas blancas y grandes cantidades de molduras brillantes.
Virgil Exner famoso diseñador, popularizó estas líneas bajo la pretensiosa expresión "The 100 Million Dollar Look". La economía a mediados de los cincuenta estaba en plena expansión y en Detroit vieron la oportunidad de llenar las autopistas y avenidas del país con sus maquinas diseñadas y construidas para causar impresión a su paso. Sus compradores no solo querían dejar constancia de que tenían dinero sino que estaban a la moda y poseían algo exclusivo. Hombres maduros de éxito, comerciales, publicistas y médicos se los compraban para atraer miradas del otro sexo y sentirse deseados.
Sorprende que mientras la Crisis del Petróleo, los costes de los seguros, la crisis económica y las regulaciones de emisiones en los años 70, acabaron con los Muscle Cars, los cupés de lujo aguantaron el tirón a pesar de ser cada vez más largos, grandes y pesados. Sin embargo con el tiempo debieron renunciar a parte de su encanto en los años 80 pasándose a la tracción delantera, a los propulsores V6 y al downsizing.
Finalmente a mediados de los años 90 el gusto de los norteamericanos pudientes y sus preferencias en favor de rancheras, monovolúmenes y todoterrenos de lujo, terminaron con el mercado residual de estos fastuosos cupés
Veamos algunos de estos pacíficos saurios del asfalto.
STUDEBAKER AVANTI
CHEVROLET MONTE CARLO