En cualquier conversación entre aficionados a este mundillo, alguien suelta una exclamación ¡Pero coooooomo han subido los precios de los coches!.
De ser cierto esto, (luego haremos un ejercicio para corroborarlo o desmentirlo) no estoy diciendo que no exista un motivo, seguramente los haya, a los fabricantes cada vez institucionalmente se les exige más en sostenibilidad y seguridad. Además en su descargo podemos argumentar una escasez y encarecimiento de las materias primas, del transporte y distribución, de aumento de los costes laborales y fiscales sumado a un evidente mayor aumento de tamaño, equipamiento, tecnología y un largo etc en sus productos, que como no soy economista no puedo detallar.
Pero ahora que estamos inmersos en una escalada de precios preocupante, estaría bien hacer un experimento: ¿Cuanto han subido los precios de los automóviles nuevos, pongamos por ejemplo en los últimos 30 años?.
Ello es difícil de averiguar, primero debemos encontrar coches de todos los segmentos, y a ser posible de fabricantes diferentes que estaban a la venta en aquel año olímpico, y actualmente los podemos seguir adquiriendo en los concesionarios. Para ser justos la comparativa la elegiremos en función de los caballos de potencia disponibles, para equiparar a lo posible el coste en función de la potencia.
Para calcular el aumento de porcentaje de precios, primero restamos las cantidades, luego comparamos las cantidades realizando una división por el precio original, y posteriormente multiplicamos por cien. Para no hacer farragosa la operación nos desharemos de los céntimos y decimales.
Una vez hecho esto, consideraremos diferentes factores como el Salario Medio, el Salario Mínimo Interprofesional, el IPC y el Precio de la Vivienda, finalmente considerando un coche como una inversión financiera a recuperar a corto/medio plazo, veremos cuantos meses de salario integro necesitaremos para saldar nuestra deuda con el banco, en caso de solicitar un préstamo.
Comencemos por un ciudadano resistente al paso del tiempo como es el Ford Fiesta.
Un Ford Fiesta S de 5 puertas de 1.4 de 75 cvs en 1992 salía por 1.400.000 pts, equivalentes a 8.414€. En la actualidad solamente podremos sacar un Ford Fiesta 1.1 IT-VCT de 75 cvs, pagando 20.096€. Esto supone un incremento del 138% en apenas 30 años para un simple utilitario.
En 1992 el salario medio bruto en nuestro país era de 338€ mensuales lo que supondría una amortización en 25 mensualidades. Actualmente el salario medio bruto en nuestro país es de 2.000€ mensuales, utilizando íntegramente nuestro salario necesitaríamos un año y 2 meses menos que en 1992 para amortizar la deuda, con lo que en este caso en concreto salimos ganando y no podemos considerar ni micho menos que adquirir un Ford Fiesta suponga mayor gasto hoy en día que hace tres décadas.
Otro modelo que ha mantenido nombre y segmento es el VW Golf. El modelo GTI 16V de 2.0 ltrs ofrecía 150 cvs y lo podemos comprar con el actual 1.5 TSI de 150 cvs. Aquí ha algo que matizar pues el GTI 16 Válvulas en teoría era un modelo deportivo y tope de gama (con la salvedad del VR6) mientras el actual 1.5 TSI no lo es y no recibe siquiera las míticas siglas GTI. Pero el Golf16 Válvulas en 1995 costaba 3.250.000, equivalentes a los actuales 19.532€. En la actualidad el 1.5 TSI, opciones a parte lo podemos sacar por 36.390€. Esto supone un incremento de un 86%. en 27 años.
En 1995 el salario mínimo interprofesional (como dice su nombre es el salario mínimo legal garantizado para un trabajador en activo) era de 376 euros mientras que en la actualidad es de 950€. De nuevo vamos a dividir el coste total entre mensualidades. Mientras que para amortizar un GTI 16V en 1995 necesitaríamos casi 52 mensualidades, en la actualidad necesitaremos tan solo 38 pagos mensuales.
De nuevo sorpresa y después de casi tres décadas podemos acceder a un coche del mismo segmento y de la misma potencia y seguramente mas completo en todos los sentidos por menos sacrificio económico.
Cambiamos nuevamente de segmento hacia unos coches más premium y deportivos. Lo podemos hacer por ejemplo con la Serie 3 de BMW. En 1992 un M3 , el tope de gama ofrecía 286 cvs por el precio de 6.878.000 pesetas, convertidos a euros equivaldrían a 41.325. Rebuscando entre la Serie 3 bávara actual, lo más parecido a este coche por potencia y prestaciones puede ser un 330E de 292 cvs, con un precio inicial de 54.700€. En este caso el incremento porcentual es tan solo del 32%.
Cambiemos de táctica y para evaluar el coste de adquisición respecto a la vida utilizaremos el IPC, que básicamente es una herramienta para medir la evolución del coste de la vida. El coste de la vida o IPC desde 1992 hasta 2022 ha subido un ¡120,3%!. lo han entendido bien....un cientoveinte por ciento más!. mientras que nuestro coche tan solo lo ha hecho un treinta y dos por cien más.
El problema del IPC es que no es una herramienta totalmente valida pues no tiene en cuenta algo fundamental para las economías domesticas como es el Precio de la Vivienda.
Armémonos de paciencia y vayamos al ultimo ejemplo tomando por ejemplo un Porsche 911. Aqui la diferencia de potencia salta de los 320 caballos de un Turbo por 16.300.000 pts convertidos a euros sale 97.965, a los 385 cvs del modelo de salida de la gama actual un Carrera a la venta por 131.203€. Como vemos la técnica ha permitido un aumento de potencia que nos permite comparar a un modelo base de la gama actual con el modelo estrella de hace treinta años.
Pero vayamos al aumento (porcentual) de precios, que es de un 34% y lo comparamos con el precio de la vivienda, en 1992 de 919 euros por metro cuadrado frente a los actuales 1.824 euros, así el precio de la vivienda ha experimentado un imparable ascenso del 98%. De nuevo comparando ambos porcentajes llegamos a la misma conclusión, porcentualmente ¡el coste de la vivienda ha subido tres veces mas que el de un Porsche 911.
Podría seguir con mas ejemplos, pero me da que saldría algo parecido y es hora de extraer conclusiones. La más importante es que a pesar de que los precios de coches nuevos han subido, no lo han hecho tanto como el coste de la vida. Es decir ahora los coches son lógicamente son mucho mas caros que en 1992, pero el ascenso porcentualmente ha sido menor que los salarios, el IPC o el precio de la vivienda.
De modo que los fabricantes no son hermanitas de la caridad pero tampoco son esos usureros que algunos nos pretenden hacer creer (de nuevo aquí aparece una mano negra anti-coche) y por contra nos ofrecen cada vez mas tecnología, confort, seguridad, economía y prestaciones. Pues entonces si en alguna charla de bar o de sobre mesa os surge este tema espero haberos dado argumentos suficientes para rebatir el precio desorbitado de los automóviles actuales.