viernes, 18 de septiembre de 2015

LOS MURALES FORD DE DIEGO RIVERA


Los murales o frescos han sido pintados tradicionalmente en sitios sacros, reflejando distintas escenas religiosas. Detroit podría ser considerado una especie de ciudad santa para el desarrollo de la industria, en especial de la automovilística. En la capital de Michigan situaron sus respectivas sedes tres gigantes del sector;  Ford, GM y Chrysler, lo que le valió el apodo de Motorcity
A veces un fuerte ascenso conlleva una fuerte caída, este fue el caso de Detroit, los gigantescos polígonos y naves industriales antaño pobladas por millares de obreros,  actualmente se están convirtiendo en patéticas ruinas, cual escenario post-apocalíptico. 
Sin embargo en 1932 durante todo su esplendor productivo,  un artista mexicano, confeso comunista, fue contratado para reflejar el proceso productivo capitalista. Wilhem Valentiner propuso al artista decorar las paredes del Instituto del Arte de Detroit. Detrás de la oferta estaban los dolares de Edsel Ford, capo en aquel momento de la marca del óvalo.
Diego Rivera llegó a la fría ciudad acompañado de su mujer,  la también pintora mexicana Frida Kahlo. A Frida siempre de delicada salud,  no le gustaba el enfermizo clima del sitio, apremiando a Rivera para finalizar el encargo. 
Diego se instaló en un hotel cercano al Instituto, pero rápidamente visitó las zonas industriales observando allí toda la información necesaria para plasmarla en sus murales. Rivera alucinó, la oferta industrial era bastísima, Detroit se autoabstecía de todo elemento necesario para la producción;  siderurgia, electricidad, incluso cemento,  la gama industrial era de lo más variada, siendo los automóviles tan solo una minúscula parte, también se fabricaban barcos, trenes, aviones, tractores, fármacos y toda clase de maquinaria que se exportaba por todo el país y al extranjero. 
El artista inició largos paseos por el complejo industrial Ford River Rouge, realizando numerosos esbozos o bocetos, además se hizo acompañar del fotógrafo oficial de la compañía. 
A Rivera tal vez le inspiraba más el aspecto humano y el contexto social, en lugar del puramente técnico, por ello buscaba a menudo entrevistas con obreros, encargados, y diferente personal de la fábrica. 
Muchas de los rostros de aquellos obreros de Ford Rouge fueron utilizados en sus murales, entre ellos también aparece el suyo ataviado con un bombín 
La Gran Depresión no era un momento idílico para glosar las virtudes del capitalismo como la nueva religión capaz de salvar todos los obstáculos de la humanidad. La relación obrero-patrón era muy tensa y conflictiva, por entonces la tasa de desempleo alcanzaba el 25%, y numerosas protestas obreras acababan en fuertes disturbios, incluso con fallecidos. 
Rivera completó sus murales de gigantescas proporciones,  en tan solo 9 meses, acabando su obra en Marzo de 1933. El ritmo de trabajo fue matador,  con jornadas de 15 horas diarias sin apenas días de descanso, llegando a perder durante su realización hasta 45 Kgs. el artista mexicano. 
Las relaciones con sus ayudantes fueron también muy difíciles, estos iniciaron parones protestando por no ser pagados lo suficientemente bien para el extenuante ritmo de trabajo. En su descargo hay que decir que Rivera asumía su propia manutención y la Ford solamente colaboró con 20.000 dolares, destinados en su mayor parte a la adquisición de los materiales para la obra,  al parecer muy caros.
Los murales los podemos contemplar en la Sala Rivera antiguo jardín interior del Instituto de Artes de Detroit, hoy convertido en una especie de Capilla Sixtina de la industria del siglo XX. Los murales adquieren su nombre en función de su situación geográfica, norte, sur, este, oeste. 
Fruto de tan titánico esfuerzo es imposible describir todo lo que Diego Rivera retrató con la espectacular técnica del fresco, en un principio en blanco y negro para ser coloreado después. Y si hablamos de colores,  debemos mencionar la luz que emana del  tejado acristalado permitiendo en ciertos momentos de la jornada resaltar los colores.
Con una mezcla de realismo y simbolismo, en estos muros podemos ver operarios retirando planchas de metal a los pies de una gigantesca prensa, otros puliendo chapa bajo la atenta mirada del jefe de producción, mecánicos montando motores en cadena, carretilleros transportando enormes bloques de motores, empleados de la fundición desafiando monstruosas llamaradas, vagonetas aéreas transportando el acero, gigantescas prensas para moldear piezas, también aparece la sección de ensamblaje de chasis y motores,  todo ello salpicado de extraños polipastos y correas que mueven interminables cintas transportadoras. 
Debemos recordar el gran triunfo Fordiano reflejado en la obra de Rivera;  el perfeccionamiento de la cadena de ensamblaje, método revolucionario para incrementar la productividad,  abaratar costes y por tanto reducir el precio del producto
La obra a su término desató admiración y polémica a partes iguales, pero se puede aseverar que ninguna otra obra artística refleja mejor la fabricación de un auto. Ocho décadas tras su creación no existe parangón en ninguna otra parte del mundo. 




13 comentarios:

  1. Cómo me recuerda a la película "Metrópolis" de F. Lang!
    Las obras de la pareja Rivera/Kahlo son de mis preferidas en la Historia del Arte, sobre todo las de Frida, una mujer con una vida increíble y terrible. Diego por lo visto era de carácter fuerte, pero los genios suelen así.
    Los murales son preciosos y me gustan mucho por su línea clara y despejada. Me creo que su autor "flipase" con lo que vió en Detroit.

    Saludos y gracias por una entrada tan buena!

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    1. A ciertos genios una vida terrible lejos de hundirlos como sería lo lógico, les espolea la creatividad y se vuelcan mas aun en el arte.

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  2. muy interesante!
    sorprende uno de los cuadros con una máquina (quizás un balancín) con rasgos antropomórficos.
    pero más allá de todo eso, mo más terrible es el aire de encierro, la claustrofobia, el amontonamiento agobiante, la tensión, el terrible clima de trabajo que se adivina.
    lo más lindo es la primera foto, supongo que los besadores son él y frida.

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    1. El trabajo y su entorno puede ser una bendicion o una maldicion.
      La relacion entre estos dos grandes artistas fue muy tormentosa, por parte de los dos hubo infidelidades sentimentales, pero por encima de todo hubo un apego muy fuerte y un sentido artistico comun.
      Abrazos!

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    2. Trotski anduvo dando vueltas por ahí...

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  3. Espectacular trabajo de los camaradas Diego y Frida; además, hicieron bien en sacarle unas (pocas) monedas a los dueños del mundo. Gran obra, muestra a las claras quienes son los que trabajan y quienes los que se llenan los bolsillos. Gran entrada Xavi!
    Abrazo!

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    1. Fue una obra muy polemica. los industriales que a la postre habian pagado la obra se sintieron desplazados por la presencia masiva en el muro de simples trabajadores manuales de todas las etnias, autenticos protagonistas del proceso productivo.
      Por contra, algunos seguidores comunistas de la obra de Rivera, el propio artista se declaraba Marxista, criticaron que este se prestara a glosar el enloquecido capitalismo norteamericano.
      Por si fuera poco la iglesia vio en varios personajes presentes en los frescos, unas alusiones y una burla a la sagrada familia y recomendo a Ford, destruir los frescos, por suerte este se negó y ahora son un patrimonio de incalculable valor de la ciudad de Detroit.
      Un abrazo.

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    2. Bueno, como marxista aplaudo esta obra de Rivera, ya que muestra tal cual es el proceso: los obreros trabajando, los patrones controlando y llevándose la plusvalía... Yo no lo criticaría tanto, supongo que esos comunistas que lo hacían no deben haber tenido en cuenta que vivimos en un mundo con reglas capitalistas, y que, en última instancia, las pinturas al menos reflejan la realidad de esta injusta sociedad. Y la iglesia... siempre se queja de todo lo que no sea sumar para su causa. Pero, entre nosotros, si yo hubiese sido Rivera, también me hubiera burlado de ella, ja!
      Abrazo!

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    3. Opino que aun eran unos tiempos muy idealistas con el comunismo, con mucha chance que el tiempo se encargado de desmentir.
      Creo que todos los sistemas politicos buscan la autoperpetuacion de las elites dirigentes a costa del individuo, pisando sus derechos y sometiendolo, por ello yo me declararia anarquista, pero estos tambien hicieron barbaridades, uf.. mejor no hablar de politica.
      Por suerte siempre quedará el arte, como el de Rivera, por encima de todo credo..

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    4. Yo sería una especie de "anarco-comunista" Xavi!!! Es que nunca soporté la estructuras (y su verticalidad) que pretenden que uno piense lo que a ellos le conviene...

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  4. Me he quedado realmente impresionado, tiene una atmósfera agobiante verdaderamente.

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    1. Retratos muy expresivos, en especial de los rostros.
      El trabajo y las condiciones debían ser muy duros pero mas duro debía ser quedarse sin él en plena gran depresión.
      un abrazo.

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