Surrealista vídeo en donde vemos a Jim haciendo autoestop, es recogido por un conductor pero más tarde este desaparece y es el propio Morrison quien conduce a través del desierto por una polvorienta carretera. El Poeta del Rock conduce colocando las manos en la parte superior del volante de madera, mientras por la radio un boletín especial interrumpe la programación para anunciar ..¡su propia muerte!.
Que el Rey Lagarto desafiaba todas las reglas queda bien patente cuando enciende una cerilla en plena gasolinera, buena anécdota si eres el afortunado que ofreció tabaco al mismo Morrison. Aparecen las mismas obsesiones de su personalidad, la carretera, la muerte. El auto del final del vídeo parece ser un Ford Mustang Fastback, el mismo del clip oficial de L.A. Woman dirigido por Ray Manzarek el teclista de la banda.
REGISTRO DE PROPIEDAD DE 1969 DEL GT500 DE JIM MORRISON |
Numerosas anécdotas apuntan al abrupto final de su relación con aquella Dama Azul. Algunas fuentes aluden a un accidente, una noche de viernes Morrison sufrió un choque contra un poste de teléfonos o electricidad en Sunset Boulevard. Las prioridades de una Rock Star no son las mismas que las de un mortal común y tras bajarse del Shelby para inspeccionar los daños decidió proseguir su marcha a pie hacia su destino; el famoso club Whiskey a Go Go de Los Ángeles. A su regreso el coche había desaparecido
También he leído que durante una de sus giras lo dejó largo tiempo aparcado en el aeropuerto de L.A. sin abonar las tasas y cuando fue a por el coche este ya había sido subastado.El autor de este interesante articulo incluso va más allá y dice contactar con una mujer de Phoenix quien pretendía haber adquirido el Shelby de una estrella del Rock, pero eludía hablar en profundidad del asunto.... ¿una mitomana posesiva que lo quería solo para sus ojos?. ¿otra pista falsa, y en realidad la Dama Azul se ha perdido para siempre?. Quien sabe, por fortuna siempre nos quedará la música de los Doors, y los Shelby por descontado...
cuánta mística tenía este hombre!
ResponderEliminarno soy demasiado morrisonista, pero hay canciones que me parecen un prodigio de originalidad y creatividad, improbables en un grupo de rock, que aún hoy me pregunto cómo hicieron o si fue casualidad.
the end es un monumento, el solo de piano del ship of fools parece tomado de una sonata clásica, y si hago memoria, quizá haya otras delicadezas.
me sorprendio el mustang, pese a todo el glamour de su línea exterior, me sorpendió el tablero, parecía de una rústica pick up f100.
Querido Gaucho
ResponderEliminarPues si este hombre estaba como ido muchas veces imagino que era el consumo exorbitado de alcohol y drogas, pero tal vez eso influyera para bien en el aspecto creativo.
Parece ser que los muscle cars dejaban de lado las lindezas como los interiores, y primaban la potencia bruta y las lineas contundentes.
Saludos.