Esta instantánea en B/N de la Agencia DPPI, nos permite sentirnos como el copiloto de Vic Eldford justo antes del Montecarlo.
"Quick Vic" antes de un tramo cronometrado a bordo de su Porsche 911, desata con su mano enfundada en guantes el casco de los pulpos, y tal vez encienda ese cigarrillo que tiene entre los labios para calmar los nervios precarrera.
En esta toma de 1967, a través de las ventanillas salpicadas de gotitas curiosamente también aparece otro fotoperiodista detras de su camara, es la viva imagen del cazador cazado.
Hoy en día es corriente que en la industria del automóvil, muchos coches generalistas compartan un mismo motor o plataforma de chasis con otros modelos, en busca de una reducción de costes. Esto a menudo suele estar oculto y no nos damos cuenta.
Pero otras veces estas piezas son fácilmente reconocibles, pues están a la vista. Este recurso de abaratamiento de costes se ha usado en fabricantes de deportivos o superdeportivos de tirada limitada en los que no compensa diseñar y fabricar elementos periféricos.
Veamos algunos ejemplos flagrantes
La leyenda de los rallyes Lancia Stratos, tomó prestado sus pilotos traseros de un Fiat 850
El Citroën CX es un claro ejemplo de donante. Sus aerodinámicos espejos retrovisores fueron adoptados por el superdeportivo más rápido del momento, el Jaguar XJ220.
Pero también cruzaron el Canal de la Mancha para ser instalados en el Aston Martin Virage, el Lotus Esprit V8 y en el TVR Griffith.
Seguimos con el Esprit V8 y vemos sospechosas similitudes en las luces traseras con un Toyota AE86, en sus versiones Corolla Levin o Sprinter Trueno
El Jaguar XJ220 hubo de escatimar también en algo como los pilotos traseros, prestados de un Rover 216, pero al menos en este caso se tomaron la molestia de camuflarlos tras una rejilla.
Observad bien los tiradores del Morris Marina, un auto vilipendiado en Top Gear, y veréis que se transparentaron también a otros autos icónicos del glamur británico, como fueron el Lotus Esprit y el Range Rover.
Seguimos en las islas, que por lo visto son unos especialistas en el ahorro de costes. Por aquel entonces Ford se hizo con Aston Martin para intentar reflotarlo y su DB7 heredó los faros traseros de un Mazda 323F, también integrante del grupo del óvalo.
El Morgan Aeromax además de usar los propulsores V8 bávaros de un M5, usó diseño italiano proveniente del Lancia Thesis en sus faros traseros.
No menos sorprendente es el caso del considerado mejor superdeportivo del momento, el McLaren F1. No se le caían los anillos por compartir pilotos traseros con un autobús de línea, concretamente un Bova Futura.
No quedaba ahí la humillación de quienes se habían gastado cien millones en un F1, además sus espejos retrovisores eran los de un VW Corrado.
Como suelen decir en todas partes cuecen habas, por lo visto los italianos considerados todo unos reyes del diseño, también hubieron de tomar prestado las ópticas japonesas. Veamos algunos ejemplos flagrantes, en efecto las del Lamborguini Diablo y las del Nissan 300ZX Z32 son idénticas.
Siguiendo con el Diablo y sus ópticas encontramos que las traseras las comparte con nada menos que otros tres superdeportivos; el Pagani Zonda, Saleen S7 y también con un micro eléctrico de fugaz existencia denominado Ford Th!nk City
Seguimos en Italia, el Maserati Quatroporte comparte ópticas traseras con un Daewo Nubira.
Maserati en su Gran Turismo instaló el mismo equipo de radio que algunos Peugeot.
En su descargo diremos que estos equipos se confían a un proveedor externo que trabaja un mismo modelo para varias marcas.
Es el mismo caso de los mandos de climatización de un Pagani Zonda y de un Rover 45.
Lamborguini, Maserati, Pagani, para completar el póker no podía faltar Ferrari que en su California, usa el mismo sistema de información y entretenimiento que un Chrysler Sebring.
Cruzamos ahora el Océano
Otros ejemplos de supe deportivos que han usado piezas de coches mucho más asequibles lo tenemos en el Callaway C12 y el Opel/Vauxhall Tigra.
El rompedor diseño del Dodge Viper RT/10 incorporó los espejos retrovisores del Mitsubishi 3000 GT.
El Chevrolet Corvette C5, otro deportivo yankee de postín tomó prestado no solo espejos retrovisores de una aburrida berlina como era el Oldsmobile Aurora, sino también de sus tiradores de puertas.
Para rematar el post si sois propietarios de un Vauxhall Insignia VXR es posible que compartáis llantas con el veloz y exclusivo Bugatti Veyron.
Este próximo Viernes se estrena el tan esperado biopic sobre Il Commendatore, uno de los personajes mas legendarios y creador de tal vez la marca más prestigiosa de la historia de la automoción.
El film esta dirigido por un director solvente como Michael Mann con amplia experiencia en Hollywood, y protagonizado por Adam Driver en el papel de Enzo y cuenta también con la participación de Penélope Cruz interpretando a su esposa en la vida real Laura Garello.
No es mucho lo que podemos entrever en el trailer, pero en la trama parece destacar un triangulo amoroso con una amante de nombre Lina Lardi, asunto que junto con la muerte de su hijo Alfredino desemboca en un fuerte conflicto con su esposa.
En este fragmento publicitario, parece que Enzo se encuentra en una encrucijada deportiva y financiera que le lleva a participar en la Mille Miglia de 1957. Eran otros tiempos y fabricantes como Ferrari vivían de los Gentlemen Drivers, pilotos privados que pagaban por subirse a coches ganadores, como por ejemplo el Marqués de Portago, quien precisamente acabaría sus días en esa carrera.
Que más podemos entrever en esos breves dos minutos de acción?, poca cosa la verdad, sin embargo la época en que transcurren los hechos parece bien recreada, los coches también, como los 250 Testarossa, aunque lógicamente sean réplicas parecen bien hechas, ya de nota sería escuchar bramar sus característicos V12.
A priori no me parece una película de circuitos o centrada en la gloria deportiva de la marca del Cavallino, si no mas bien una oportunidad para conocer al hombre detrás del mito, un hombre sin escrúpulos y que ocultaba sus escasos sentimientos tras unas aparatosas gafas oscuras, incidir no solo en la gloria si no también en sus miserias, no me parece un desatino, todo lo contrario.
De nuevo una cita ineludible para los amantes del motosport y del cine para reconciliarse con el genero automovilístico.
