En Alemania se ha dado un fenómeno muy curioso y prácticamente sin parangón en el resto del mundo automovilístico. Nadie podía discutir que los coches tetutones eran sólidos, rápidos, estables, confiables incluso atractivos, pero en ocasiones pecaban de diseños tanto interiores como exteriores demasiado sobrios, espartanos y discretos.
Esta característica hizo que hayan proliferado en ese país una gran cantidad de preparadores, a menudo especializados en transformaciones algo más picantes y exclusivas, como ya vimos en el post dedicado a BB.
Existen multitud de empresas de accesorios de performance, tanto mecánicos como estéticos, usualmente especializadas en una marca, a todos nos vienen a la cabeza AMG o Motosport que han acabado siendo absorbidas por MB o BMW, otras como Ruf, Brabus, Alpina, con un estándar de calidad enorme superan o mejoran los productos originales.
Aquí es donde entra en acción nuestro protagonista del día; Karl Meier fundador en 1952 de Kamei (toma el nombre de sus primeras silabas), en Wolfsburgo, una empresa dedicada a la fabricación de accesorios para vehículos. Por su ubicación cercana a la fabrica de VW ya podemos deducir que se centró principalmente en productos para personalizar su entonces coche estrella; la gama Beetle, ofreciendo un amplio catalogo. Sus éxitos comerciales incluyeron un spoiler delantero llamado "control de profundidad" y una cubierta de volante de cuero artificial disponible en seis colores bautizada "Avus", combinados con su producto estrella unos cofres de techo que están homologados además de para VW, para Mercedes-Benz.
Pero con el tiempo Kamei pasó a diseñar sus propios "kits aerodinámicos" X1, o como diríamos nosotros kits de Tunning, adaptados a diferentes modelos; VW Golf, VW Scirocco, Audi Quattro.
Otra serie limitada de dudoso gusto fue para el Golf , una tirada de 150 unidades denominadas "Dynamite by Kamei", algunos de los cuales participaron en la película "Fire Ice and Dinamyte".
Y aquí es donde entra nuestro protagonista; el Volkswagen Golf Kamei Auto Extras Gr.2. Tal vez para quitar el mal sabor de boca de estos horripilantes kits que deformaban la estampa del soberbio y discreto diseño de Giugiaro, o tal vez para promocionar comercialmente sus productos en la pista, Kamei Auto Extras patrocinó en 1977 un Golf MKI vestido con una vistosa librea blanca, roja, naranja y amarilla. Haciendo memoria y siendo algo malpensado me recuerda bastante a los colores que incorporo posteriormente la escuadra Red en su MG Metro Gr.B
Según la información del propio sitio web de Kamei, el motor del Golf producía más de 175 hp. El vehículo pesaba apenas 750 kilogramos. El coche dotado de doble carburador aceleraba hasta los 100 km/h en poco menos de 7 segundos y alcanzaba una velocidad máxima de unos 220 km/h, estando considerado el Golf más rápido construido hasta la fecha. Este Golf correspondía a la normativa del Grupo 2 de la época, entre otras cosas debía tener una carrocería de origen de cuatro plazas, y al menos 1000 unidades debían ser fabricadas en 12 meses, con el numero de serie reconocible, número de árboles de levas y válvulas sin cambios en comparación con el modelo de serie, y guardabarros ensanchados un máximo de 5 cms.
El modelo pilotado por los pilotos germanos Bernd Reinessen, Wolfang Wolf y Mira Lochmann participó en pruebas de resistencia como los 1000 Kms de Nurbugring, protagonizando unas fratricidas luchas contra los Scirocco. El VW golf Kamei Auto Extras al parecer tuvo una segunda vida en las carreras norteamericanas.
Incluso la prestigiosa marca nipona maquetas Tamiya, sacó unas versiones en miniatura a escala 1:24, algunas de ellas con control remoto.
Kamei actualmente dispone en sus instalaciones de una fiel réplica creada por uno de sus mayores fanáticos, según el actual director de la empresa Thomas Meier "es una copia exacta del modelo original hasta el mas mínimo detalle, cuando nos lo ofrecieron dijimos que sí de inmediato". De hecho esta réplica aparece en numerosos eventos Golf, como podemos apreciar en el siguiente video conducido por Lochmann, uno de sus pilotos.
Lo que nadie puede discutir es que se trata de uno de los Golf más icónicos y a la vez desconocidos de la historia, incluso por los mismos aficionados a esta legendaria saga.