En este film promocional de 1984, extraído del Centro Storico Fiat, vemos dos monstruos salidos de la misma madre, el Rally 037 del Grupo B del Campeonato Mundial de Rallyes y el no menos bestial LC2, homologado para competir en el legendario Grupo C, Campeonato Mundial de Resistencia prototipos.
Si conocéis la historia, que no lo dudo, darle directamente al play, y saltar estas someras lineas...
Con la llegada de los Grupo B al mundial de Rallyes, llegó la muerte del 131. Fiat hizo buena la máxima aquella de "la familia está para ayudarse". A quien mejor recurrir que a la marca satélite del gigante italiano, los creadores del Stratos. Para ello reunieron lo mejor de la casa, la experiencia en preparación de competición de Abarth, los mágicos carroceros de Pininfarina y la experiencia en logística de Martini Racing.
En Turín nació el 037, lo tenía bastante difícil fuera del asfalto debido a su configuración de 2 ruedas motrices, pero era una bala, imponiéndose en Montecarlo, Córcega, San Remo, e incluso fue capaz en el 83 de ganar en tierra, Nueva Zelanda y Acrópolis, a los tracción total Quattro de Audi (hasta un mono amaestrado podía conducirlos, Walter Rorhl dixit), adjudicándose Lancia el Campeonato Mundial de Constructores.
Fuera del mundial también se apuntó en su palmarés el Europeo y numerosos campeonatos nacionales, entre otros italiano y el español.
En el caso del LanciaC, Fiat volvió a juntar a sus satélites en los despachos Lancistas, nada menos que Ferrari, Dallara y Abarth bajo la preciosa librea Martini. El objetivo reinar en el no menos bestial Grupo C, batir a los Porsche 956 y triunfar en El dia Le Mans.
Si conocéis la historia, que no lo dudo, darle directamente al play, y saltar estas someras lineas...
Con la llegada de los Grupo B al mundial de Rallyes, llegó la muerte del 131. Fiat hizo buena la máxima aquella de "la familia está para ayudarse". A quien mejor recurrir que a la marca satélite del gigante italiano, los creadores del Stratos. Para ello reunieron lo mejor de la casa, la experiencia en preparación de competición de Abarth, los mágicos carroceros de Pininfarina y la experiencia en logística de Martini Racing.
En Turín nació el 037, lo tenía bastante difícil fuera del asfalto debido a su configuración de 2 ruedas motrices, pero era una bala, imponiéndose en Montecarlo, Córcega, San Remo, e incluso fue capaz en el 83 de ganar en tierra, Nueva Zelanda y Acrópolis, a los tracción total Quattro de Audi (hasta un mono amaestrado podía conducirlos, Walter Rorhl dixit), adjudicándose Lancia el Campeonato Mundial de Constructores.
Fuera del mundial también se apuntó en su palmarés el Europeo y numerosos campeonatos nacionales, entre otros italiano y el español.
En el caso del LanciaC, Fiat volvió a juntar a sus satélites en los despachos Lancistas, nada menos que Ferrari, Dallara y Abarth bajo la preciosa librea Martini. El objetivo reinar en el no menos bestial Grupo C, batir a los Porsche 956 y triunfar en El dia Le Mans.
El 2 si vemos el balance global no consiguió nada de ello, debido a frecuentes fallos mecánicos, pero en su descargo podemos considerarlo sin duda alguna uno de los C más veloces a una vuelta, en parte gracias a su propulsor Ferrari V8 Twin Turbo, preparado por Abarth, ¡palabras mayores!, logrando rendir 850 Cv produciendo además de un sonido espeluznante.
Todo ello lo vemos en este vídeo con el detenimiento hedonista propio de los años 80 (slow motions, y time lapses aderezados de épicos sintes).