Como dicen en el deporte, "la polémica está servida".
Cada vez es más amplia y tentadora la oferta de algunas compañías especializadas en el tema, para hacer un swap, (convertir o cambiar) el motor térmico de un auto a otro eléctrico.
Y bien, ¿como afecta esto al peculiar mundo de coleccionismo, y la restauración de vehículos antiguos?, pues muchos ajenos a sus particularidades se preguntarán lícitamente... ¿Y por qué no?.
A priori el coche en cuestión transformado obtendrá muchas ventajas; dejará en un momento de ser una humeante cafetera contaminante para pasar a ser un vehículo limpio, seguro, económico, fiable y más prestacional; todo ello conservando por fuera su diseño original.
Por si fuera poco no sufriría restricciones de circulación ni de aparcamiento que seguramente todos los coches de motor de cobustión interna acabaran padeciendo.
Desde un punto de vista histórico hemos de recordar también que muchos autos fabricados a comienzos del siglo pasado fueron eléctricos.
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SI, ES UN PORSCHE CON TODAS LAS DE LA LEY |
Por si fueran pocos argumentos, existe la posibilidad de potenciar vehículos de baja cilindrada y construcción obsoleta, cuya conversión a eléctricos les dotaría de un brío y una velocidad de la que por desgracia no disfrutaron jamás, ni en sus primeros años.
Todo ello les podría dar una segunda vida, incluso para ser usados como primer vehículo familiar.
Dicho así hasta el más integrista y conservador de los amantes de coches clásicos daría su brazo a torcer. ¿He dicho todos? lo dudo, para muchos otros la conversión a "enchufables", "gas", solares, a pedales ¡o qué sé yo se va a inventar próximamente!, acabaría con la esencia misma de los autos clásicos, su originalidad, su integridad, su alma, su espíritu, su belleza mecánica, su carácter ¿sigo o no hace falta?.
Os imagináis abrir el vano motor de un Ferrari y encontrar unas baterías de plástico llenas de cables, en lugar de un estilizado V12 lleno de carburadores dobles y trompetas, oh sorpresa! abrir la trasera de un Nueveonce antiguo y no encontrar por ninguna parte su gigantesco ventilador?.
Por otra parte, el sonido de la mecánica rugiente para algunos sibaritas del motor es música para sus oídos, pues imaginaros la depresión, tristeza y el rechazo causado por la eficiencia silenciosa de un eléctrico.
Y por encima de todo la esencia de la colección y restauración de vehículos clásicos es a ser posible; ensuciarse las manos de grasa en el garaje de casa para mantener el coche lo más fielmente parecido al modelo, en ocasiones volviéndose loco y gastando € en revistas especializadas o acudiendo a desguaces o rebuscando en Internet para obtener los recambios necesarios, en definitiva se trata de preservar vivo para futuras generaciones el recuerdo de una tecnología pretérita con sus defectos pero también con todo su encanto.
Y amigos míos eso ademas tiene una cotización a la hora de vender (y en algunos casos muy cotizados). Ahora mismo es dudosa la plusvalia de un swap eléctrico.
Pero como todo en la vida, pienso que ambas son opciones lícitas y personales, debiendo ejercitar la decisión el propietario del vehículo.
Ahora bien visto lo arriba escrito en mi opinión me decantaría por mantener el auto con su motor térmico, pero ojo reconociendo que lo haría solamente por un valor sentimental, pero no racional,....¿Pero no es eso precisamente lo que mantiene vivos a los clásicos, su capacidad para hacerse con un huequecito en nuestro corazón?.