Una parada obligada en Donosti, es la subida al Parque de Atracciones del Monte Igeldo. Por su altura constituye un mirador privilegiado, pues desde allí obtendremos las mejores vistas de la Bahía de la Concha y de toda la ciudad.
Igeldo es uno de esos lugares donde mar y montaña van de la mano en perfecta armonia.
Para acceder a este parque tenemos dos opciones, una la más pintoresca subir en el Funicular, cuya estación está situada en las cercanías de la playa de Ondarreta.
Este cremallera de 1912 es el tercero más antiguo en funcionamiento de España y cuenta todavía con la carrocería de madera original.
No tan antiguo, pero ya con unos cuantos años encima arrancamos el motor de mi viejo Golf y encaramos la segunda opción, la empinada y estrecha Carretera del Faro que salva en unos pocos minutos el considerable desnivel desde el mar a la montaña. En algunos tramos pasaremos por debajo de las vías.
A la entrada nos encontramos un cobrador del peaje correspondiente para entrar con auto al parque, declarado en 2014 Conjunto Monumental.
No esperéis modernas y trepidantes atracciones tipo PortAventura, su encanto vintage no es otro que el de mantener activas atracciones y decoraciones de principios del siglo pasado y aptas para todos los públicos, como la Montaña Suiza, si habéis leído bien; lleva el apelativo de Suiza en lugar de Rusa, el porqué oficial lo podéis leer aquí.
Otro de los símbolos de Igeldo es su Torreón, antiguo faro marino y testigo impertérrito de la evolución de la ciudad desde su inauguración en un lejano 1778.
Mejor no subir hasta su terraza situada a casi 200 mtrs. sobre el nivel del mar si sufrimos de pánico a las alturas.
Es hora de abandonar el pintoresco recinto y adentrarse en una carretera local que nos acercará hasta la localidad de Igeldo, antiguamente pueblo independiente pero en la actualidad es un barrio donostiarra.
En su plaza, que alberga la casa de la villa, encontramos retazos de su pasado rural como grandes caseríos o pesadas piedras de Arrastre de Bueyes.
Hoy en día debido a su entorno privilegiado a orillas del Cantábrico, en los alrededores del pueblo encontramos una oferta hostelera de todo tipo y para todos los bolsillos, desde casas rurales a campings, desde chiringuitos hasta restaurantes y hoteles con tres estrellas Michelín.
Si somos amantes de las excursiones a pie la zona ofrece restos de construcciones megalíticas.
A partir de aquí la carretera se aleja de la costa y se torna un camino rural estrecho pero asfaltado aunque de firme bastante irregular, pero nos permite continuar viaje hasta la cercana Orio, discurriendo entre parajes rurales y sus habitantes.
Ah, qué delicia... y qué fresquito, ahora que por aquí estamos en el infierno!
ResponderEliminarRecuerdo esa montaña suiza, yo me monté ahí cuando tenía unos diez años y me impresionó mucho pues parecía que me iba a despeñar al mar...
Una maravilla esa tierra, llena de belleza y misterio. Gracias por las fotos, impresionantes.
Saludos!
fresquito, fresquito... ahora mismo no tanto... aunque mejor comparado con otros lugares de la peninsula.
EliminarLo mejor de las atracciones son las visitas a la costa.
Abrazos!
Preciosos paisajes, me ha llamado mucho la atención ese antiguo funicular y como pasan por encima de esas vías estrechas. Para subir, ambas opciones parecen de lo más recomendable.
ResponderEliminarSaludos!
El parque de atracciones se complementa a la perfección con el funicular, casi otra atracción más.
EliminarCon el coche es casi imposible no detenerse en cada curva para admirar las vistas, el funicular asciende entre una densa vegetación y hasta llegar arriba no te das cuenta de donde has llegado.
Abrazos!
què belleza, me encanta.
ResponderEliminarSi tengo que elegir algo, mi alma fierrera apunta al funicular oblìcuo,
Comentario: te sigue la nube, cada vez que sales, no cualquiera tiene una nube personal para uso particular!
Creo que es el tercero mas antiguo en funcionamiento de España.
EliminarPersonalmente me trae muy buenos recuerdos.
Solo dos tenemos ese privilegio de tener un nube propia Songoku y yo, jaja.
Pues porque ya tengo las vacaciones planeadas, pero parece el lugar idóneo para ir con la familia. ¡Gracias por dar a conocer un nuevo lugar que no hay que perderse! Por cierto, a estas alturas del año aquí en el sur se agradece ver alguna nube en el cielo, aunque sea en fotografía.
ResponderEliminarUn saludo ;)
Un placer hacer de cicerone virtual.
EliminarTendrías que venir aquí para subir al monte, cargar unas cuantas nubes en el maletero y llevar de vuelta al sur.
Un abrazo;)!
Me enamoré de esa curva entre las casas y bajo el puente que sube hasta la montaña en la Carretera del Faro.
ResponderEliminarLos paisajes son maravillosos, un lugar de ensueño, más para los que vivimos en otro lado del mundo.
Abrazo!
Hola Juan,
EliminarSon paisajes para recuperarse del stress diario y darse cuenta dejarse llevar por los sentidos, no solo la vista, podemos sentir el viento en la cara y oler el salitre maritimo.
Es un lugar romantico, no es extraño que lo busquen los amntes juveniles para sus primeros escarceos amrosos.
Muy bonitas vistas.
ResponderEliminarEl parque de atracciones tiene su que, es vintage, pero muy especial.
A seguir disfrutando!
Bonita combinación de colores ofrece la costa, verde y azul muy relajantes para la vista y la mente.
ResponderEliminarSubir al parque de atracciones supone un viaje por el tiempo al pasado, comenzando por el viaje en funicular.
Un saludo!