Para celebrar las 29 primaveras de mi Golfete aprovechamos para hacer un paseo corto, debido a las restricciones de movilidad no salimos esta vez de la ciudad. Este año de la maldita pandemia no hemos hecho muchos kilómetros, apenas lo he usado, pero en los coches antiguos haciendo una analogía con las personas mayores, también se puede aplicar el dicho aquel de "si no quieres pastilla dale a la zapatilla". Así lo he arrancado regularmente y he aprovechado para ir a hacer la compra al super, llevar las perrillas al campo y algún que otro paseo por la ciudad. En cuanto al mantenimiento le he cambiado aceite y su filtro, he reparado los frenos traseros, el parabrisas delantero que estaba con una grieta, y he sustituido el limpia trasero.
El Paseo Nuevo nos lleva hasta una de las posibles entradas al Monte Urgull, una de las colinas emblemáticas de la ciudad. Esta península orgullosa emerge de las aguas cubriendo sus acantilados con una flora y fauna endémica que lo convierte en un autentico pulmón verde de la ciudad.
Personalmente este fue uno de los primeros lugares que visité de la ciudad y recuerdo me sobrecogió su belleza, aunque por sus fuertes desniveles no recomiendo visitarlo después de una noche algo agitada como fue mi caso.
Como decía podemos acceder a Urgull por diferentes entradas, pero para poder estacionar recomendaría el parking junto a la Construcción Vacía del insigne escultor Oteiza.
Si no nos asustan las empinadas escalerillas de piedra, ascenderemos en pocos metros hasta la Batería de las Damas, una de las mejores panorámicas para divisar la Isla de Santa Clara con la playa de Ondarreta y el Monte Igeldo como imponente telón de fondo.
Encontramos imponentes cañones apuntando a la bahía y parecen lo suficientemente amenazadores para disuadir a los buques de guerra invasores.
La batería de las Damas recibe su nombre de una antigua fuente frecuentada por las mujeres donostiarras que subían a recoger agua para sus labores domesticas.
En este mirador en época de temporales marítimos muchos intrépidos fotógrafos obtienen las famosas instantáneas y videos del oleaje tempestuoso saltando muchos metros por encima de los rompeolas.
No es el caso de hoy, con el mar en calma, seguimos ascendiendo por una serie de escaleras y laberinticos pasos a través de murallas, troneras y restos de fortificaciones militares que nos llevarán al pasado, y aparecemos en uno de los bares más elevados de la ciudad, el Polvorín donde tendremos la sensación de tomar nuestra consumición en un avión que sobrevuela La Concha.
Atravesamos el Cierre del Oeste y aparecemos en el mirador privilegiado de la Bateria de Santiago, actualmente en rehabilitación. Un caminillo a través de un pinar nos permite alcanzar la cima de Urgull a 120 metros sobre el nivel del mar donde se alza el Castillo de la Mota.
Su situación privilegiada como atalaya bélica ha favorecido siempre la proliferación de construcciones de carácter militar. La más antigua data del siglo XII perteneciente al Reino de Navarra. Con el paso del tiempo se fueron superponiendo fortificaciones que han sobrevivido a diferentes contiendas bélicas. Seguramente la mas sangrienta y recordada fue la total destrucción de la ciudad en 1813 a cargo de las tropas francesas, La Mota fue declarado Monumento Nacional en 1984 y actualmente el castillo acoge a un museo. En una de sus capillas se alza un monumental Sagrado Corazón de Jesús de 12, 5 mtrs visible desde cualquier punto de la ciudad.
Ahora si por fin iniciamos el descenso y abandonamos el Castillo de la Mota en dirección al Baluarte del Mirador situado encima de otra puerta de entrada al recinto que desciende hasta la Parte Vieja. Desde allí obtenemos otras tremendas vistas de pájaro sobre la desembocadura del Urumea y la playa de la Zurriola, en algunos puntos solamente recomendables para los que no tienen vértigo.
Iniciamos el camino de vuelta hasta el Paseo Nuevo y nos detenemos en uno de mis lugares preferidos, el Cementerio de los Ingleses es un enclave con tumbas, lápidas y mausoleos que miran al mar, casi engullidos por la maleza y las rocas. ¿ Que hicieron estos oficiales británicos para ser enterrados en un entorno tan mágico os preguntareis? pues la ciudad les estará eternamente agradecidos por liderar las tropas que defendieron la ciudad y el régimen liberal contra el asedio Carlistas en 1837.
Esta es mi visita personal, pues este es uno de esos lugares con infinidad de paseos, senderos, miradores y recovecos para perderse horas y horas y como decía estoy seguro que cada visitante tiene su rincón favorito para rodearse de la historia y la naturaleza exhuberante y olvidar por unas horas el ajetreo de la urbe que nos rodea.
Recuerdo la primera vez que estuve en San Sebastián y lo que me impresionó, yo era chico y me asusté con la montaña rusa del monte Igueldo, pero también "flipé" con la bahía y la playa de La Concha; para mí es una de las ciudades más bellas de España sin duda. No me extraña que los antiguos reyes la escogieran como lugar de veraneo.
ResponderEliminarGracias por recordármelo y por mostrar la zona del monte Urgull, otra "pasada" de bonito... Aunque sea un rompepiernas!
Saludos!
Yo también me asusté con la montaña "suiza" jeje no por la velocidad o los desniveles sino porque parecía tan antigua que se iba a desarmar en cualquier momento y te ibas directo al mar. La Concha es la definición grafica de la expresión "marco incomparable".
EliminarUrgull con Igeldo y Ulia son las tres tachuelas de la ciudad, típicas de los montes vascos con grandes desniveles pero grandes vistas panorámicas.
Abrazos!!
Hermoso paseo, las construcciones de piedra tienen una aureola especial, diferente.
ResponderEliminarsi a eso sumas la altura, la arquitectura, y el valor histórico, tienes el cartón lleno.
Párrafo aparte para el servicio de tu VW Golf, se merecía un poco de cariño.
En estos días tuve el primer desperfecto mecánico de la Surán y me dejó a pie por primera vez en seis años.
Estuve pensando en cambiarla y evaluando otros modelos VW: Polo, Nivus (búscala en la web) y Golf. Todos muy caros y lo curioso: con menos equipamento que mi vieja Suran. Si quiero equiparar la dote, tengo que poner mucha mucha plata.
No va a ser este año!
Bueno, una avería en seis años no parece tan mal promedio y según vi en tu reportaje sobre la Suran lucia un aspecto impecable, estoy seguro que todavía le quedan años y kms para rodar, esa es la virtud de los VW son autos un tanto anodinos en cuanto a diseño interior y exterior pero bastante fiables y bien construidos.
EliminarCaramba... Todo un lugar místico en plena San Sebastián, no sabía nada de ello al respecto, así que agradezo mucho las imágenes que has compartido así como la interesante historia que rodea a estos parajes (tal y como comentas, el mirador debe ser espectacular con mal oleaje)
ResponderEliminarY en cuanto al Golf, pues me alegra saber que lo sigues mimando a pesar de no poder disfrutar de él como te gustaría, y como ese coche se merece. Al menos ya va quedando menos para que todo esto termine...
Saludos, y a seguir golfeando ;)
Sacar a pasear este coche es una excusa perfecta para volver a visitar lugares espectaculares y de paso mostrarlos aqui a vosotros, mis amigos.
Eliminara ver si llegamos a los 30 añazos cuando un coche es considerado legalmente como clasico.
Abrazos;)
Felicidades a tu Golf por esos casi treinta "tacos". El País Vasco parece un destino realmente bonito, definitivamente tengo que visitarlo, a ver si cuando pase este infierno de pandemia me permito el lujo.
ResponderEliminarSaludos!
Si 29 años y 23 conmigo, pues lo compramos en un segunda mano y es un coche que no ha dado nada de guerra, incluso ahora que la mecanica se va gastando tiene bastante brio y la sensacion de conduccion de un coche moderno.
EliminarBueno Euskadi no tiene un clima tan maravilloso como tu tierra pero tiene otros alicientes, seguro que no te defraudara.
Abrazos!!