Nuestra protagonista nació casi con el siglo XX, un 15 de diciembre de 1900 en un pueblecito francés de nombre impronunciable, llamado Auney-sous-Auneau, situado a 75 Km de la capital.
La pequeña Mariette Helené Delangle era la hija del cartero del pueblo. Ya de pequeña cuando salía del colegio pasaba las tardes haciendo carreras de bicis con los chavales del pueblo, pronto se vio que lo de saltar a la comba y jugar con muñecas no le atraía demasiado.
Mariette ya adolescente ansia emociones fuertes que probablemente nunca encentraría en su pueblecito, y decide a los 16 años emigrar a la gran ciudad. Frecuentando los ambientes bohemios de Paris conoce a un pintor y se convierte en su musa.
Con los cuartos que gana posando desnuda se apunta a una academia de baile. Su carrera de bailarina de cabaret, parece consolidarse y adopta el sobrenombre de Hellé Nice. Gracias a sus giras por toda Europa pronto prospera llegando a comprarse un piso en París, un coche, un yate y es una asidua de las más prestigiosas estaciones de Sky.
Pero su carrera se vio truncada en 1920 al ser arrollada por un alud en una pista de sky. Nice salva la vida pero su rodilla se ve seriamente lesionada, poniendo así fin a su carrera como bailarina de cabaret. No obstante, Hellé sigue frecuentando esos locales de los felices años veinte donde conoce a un piloto de carreras. De la mano de Henri de Courcelles se introduce en el por aquel entonces pujante mundo del automovilismo. En 1929, pesar de su lesión de rodilla y de una vida nocturna de los más agitada, nuestra protagonista se proclama vencedora del Grand Prix Femenin en el autódromo de Montlhery.
Aquel accidente pareció ser el inicio de su decadencia, no pudiendo clasificarse para las principales carreras, sin embargo en 1937 alternando su coche con otras tres féminas en las pruebas de resistencia de Yacco obtuvo unos récords mundiales, los de diez días y diez noches consecutivos pilotando, y los de 20.000 kms alcanzados en ese periodo.
En el fatídico 1939 estalla la segunda guerra mundial y su querido Jean Bugatti fallece en un accidente. Hellé abandona su lujoso ático parisino para instalarse en la Riviera francesa. Acabada la guerra justo cuando Nice trata de recuperar su carrera automovilista, el piloto galo Louis Chiron la acusa de colaboracionista nazi, nada menos que de formar parte del servicio de espionaje de la Gestapo, aunque nunca pudo demostrarlo. Pero aquel estigma la persiguió siempre, privándole no ya de su anterior carrera automovilística, sino también de cualquier otro empleo digno
Es en un suburbio de Niza donde pasó sus últimos años de vida alejada de las carreras por falta de patrocinadores, tirando de sus ahorros para vivir. La antaño glamurosa piloto de Bugatti y Alfa Romeo, esquiadora, bailarina de cabaret, modelo publicitario y amante de prestigiosos potentados, inicia una discreta vida en la ciudad de la que tomó su apodo, bajo un nombre ficticio para que nadie la reconociera. Incluso su familia la rechaza y sus vecinos la recuerdan robando la leche que le ponían por la noche a los gatos del barrio para poder subsistir.
En 1984, La Reina Bugatti que había saboreado las mieles del triunfo y la popularidad de los Grandes Premios, muere olvidada por todos a los 83 años, y es una organización benéfica quien debe correr con los gastos de su cremación. Sus restos fueron depositados en la tumba familiar pero ni tan solo se la mencionó allí, hasta que en el 2008 una fundación que lleva su nombre puso una placa conmemorativa.
En 2010, la escritora británica Miranda Seymour publicó el libro "The Bugatti Queen", todo un éxito de ventas, cuyo exhaustivo trabajo de documentación contribuyó a rememorar las gestas de la injustamente denostada Mariette Delangle.
Aquí acaba la apasionante biografía de una de aquellas pioneras del antaño machista mundo del automovilismo, y sin duda una de las mujeres mas pintorescas y aventureras del principio del siglo XX.
"Que me quiten lo bailao"...
ResponderEliminarQué vida, vaya momentos y sitios que pudo experimentar esta mujer... Y la gente que conoció. Estuvo justo en la época en la que yo hubiese querido vivir, y no en la de ahora con su falta de personalidad...
Cierto, lo pasó muy mal también pero para vivir plenamente hay que arriesgar.
Lástima la falta de reconocimiento, pero parece que eso se está subsanando poco a poco.
Saludos!
Así es Antonio, una historia con altibajos, justamente como la época que le toco vivir, felices y desenfrenados años veinte, luego el horror de la guerra y las miserias de la posguerra.
EliminarAhora existe una fundación para reivindicar su figura y ha logrado poner su nombre a una calle en su pueblo natal.
abrazos!!
Increíble!
ResponderEliminarCuando vi una mujer con el destino ligado a Bugatti, pensé en la querida Isadora (en realidad, tuvo algo más que el destino ligado a una Bugatti, a una rueda, para ser más precisos).
Esta otra parece haber tenido la misma cuota de glamour pero más acción, como hubiera sido una versión femenina de 007.
Me soprende que Chiron la haya acusado. O tenía fundamento, o era un verdadero cretino (envidia motorística tal vez? despecho quizás?).
Y qué triste el final.
Me sorprende que todavía nadie haya hecho una película biopic, parece que tiene todos los ingredientes para triunfar, ojala tuviera dinero para producirla.
EliminarSegun una web "En 1949, el primer Rally de Montecarlo de la posguerra tuvo lugar en el Principado de Mónaco y Hellé Nice estuvo allí para participar en el evento. Durante una gran fiesta organizada para celebrar el regreso a las carreras, Louis Chiron , un múltiple campeón de Gran Premio, cruza repentinamente la sala y acusa a Hellé Nice de haber sido agente de la Gestapo durante la guerra. Ninguno de los hechos de la acusación de Louis Chiron ha sido esclarecido jamás y una investigación reciente, realizada por Miranda Seymour, autora de la biografía de Hellé Nice publicada en 2004, nunca ha probado su culpabilidad. La respetada biógrafa Miranda Seymour llegó incluso a comprobar documentos oficiales en Berlín y las autoridades alemanas le informaron que Hellé Nice nunca fue un agente. Irónicamente, el propio Quirón de antes de la guerra, impulsado por el deseo de un automóvil más eficiente, condujo para el equipo Mercedes-Benz que los nazis utilizaron como objeto de propaganda a favor de su filosofía de la superioridad racial, en un momento en que su judío El colega y rival René Dreyfus no pudo"
¿Será que Chiron no aceptaba que una mujer tuviera éxito en el machista mundo de las carreras? No me extrañaría...
ResponderEliminarLa conocí buscando fotos para mi Bugatti T35C, pero no conocía su historia tan al detalle.
Abrazo!
Hola Juan!, desconozco el motivo, tanto tiempo después solamente pueden ser conjeturas, lo que esta claro es que Louis pudo haber sido un gran piloto, pero lo acusar a alguien de colaboracionista nazi, sin probarlo habla a las claras de su nula catadura moral. como hombre.
EliminarAbrazos!!
¡Menuda vida la de esta mujer! Como bien dices, en un una época muy machista supo sacar partido de su condición de mujer (que tomen nota muchas "victimismas de género") aunque desgraciadamente tampoco pudo librarse de sus consecuencias. Vete a saber si después de la guerra y esas acusaciones hubiese salido tan mal parada de haber sido hombre... Pero me quedo con dos lecciones de vida muy importantes: No renuncies nunca a tus sueños, y que después de una desgracia siempre aparece otra oportunidad.
ResponderEliminarSaludos, y mil gracias por compartir la emocionante vida de la reina Bugatti.
Una historia apasionante y cruel a la vez, también habla de lo voluble y traicionero que es el mundo de las carreras y de la popularidad , un día por algún motivo aficionados, medios , patrocinadores te dan la puñalada por la espalda y tu carrera esta finiquitada.
EliminarSaludos y mil gracias a ti por leer este post y comentarlo.
Buenas,
ResponderEliminarMenuda historia, muy peculiar.
Y esos Bugatti son impresionantes, muy especiales respecto a los coches de la época.
Ciao. Jordi
Buenas Jordi,
EliminarUnos años locos del automovilismo, carreras y circuitos larguisimos, coches y neumaticos muy fragiles y nulas medidas de seguridad, pero tambien una fuente inagotable de historias y anecdotas increibles, como la de la dama bugatti.