Para mi gusto las mejores carreteras por donde he conducido están en el Norte de Navarra. La Carretera del Urumea, la GI-3410 que parte del industrial Hernani para posteriormente transformarse en la NA-4150 es un perfecto ejemplo.
Todos y cada uno de sus maravillosos 25 Km que nos llevarán hasta Goizueta son un deleite para los sentidos, aunque el tráfico es testimonial, apenas nos toparemos con solitarios ciclistas o algún camión con destino al aserradero, no sentimos en ningún momento la necesidad de pisar el pedal del acelerador a fondo, más bien esto no es recomendable por el estado del piso casi siempre húmedo.
Nos alejamos de la bulliciosa civilización para adentrarnos en unos parajes de ensueño, rodeados de la otoñal vegetación siguiendo paralelos al Rio Urumea, atravesando numerosos puentes.
Podemos incluso detenernos en una playita fluvial junto a la carretera.
Durante el trayecto apenas cruzamos una pedanía con restos de edificaciones en ruinas, donde marchita un Land Rover Santana.
Este trayecto lo encuentro ideal para coches y motos clásicas pues nunca nos toparemos con pronunciadas pendientes que castiguen motores y frenos. En un alto nos topamos con una antigua Venta de 1937.
No ha sido mi caso, pero la ruta incluye la posibilidad de ascender por un empinado desvío al Monte Arano, y otro tramo nos lleva al Embalse del Añarbe el cual abastece de agua a San Sebastian y alrededores.
Las curvas tampoco son excesivamente cerradas, pero sí son variadas con alguna ciega y también nos toparemos con alguna espectacular paella.
Con tanta vegetación, uno de los principales recursos económicos de la zona es la explotación forestal y durante la ruta veremos gigantescos troncos apilados.
Esta es una de esas carreteras idílicas, un autentico paraíso verde, en ocasiones circulando bajo un túnel de arbolado, vamos de las que te gustaría que no terminara jamás. Ademas la llovizna no invita demasiado a salir del coche. Por suerte a medida que avanza la mañana va amainando.
Esta es una de esas carreteras idílicas, un autentico paraíso verde, en ocasiones circulando bajo un túnel de arbolado, vamos de las que te gustaría que no terminara jamás. Ademas la llovizna no invita demasiado a salir del coche. Por suerte a medida que avanza la mañana va amainando.
Pero es muy recomendable hacer una parada para visitar Goizueta, típica villa de esta zona de Euskal Herria, con imponentes casoplones de piedra y madera capaces de resistir el más húmedo de los climas a lo largo de siglos.
No podían faltar la parroquia, el frontón de generoso tamaño y asadores que despiden un delicioso aroma a leña quemada.
El pueblo como la carretera discurre paralelo al río, atravesado por puentes de piedra que comunica sus barrios. Podríamos traducir el topónimo al castellano como Lugar del puente alto.
No podían faltar la parroquia, el frontón de generoso tamaño y asadores que despiden un delicioso aroma a leña quemada.
El pueblo como la carretera discurre paralelo al río, atravesado por puentes de piedra que comunica sus barrios. Podríamos traducir el topónimo al castellano como Lugar del puente alto.
Algunos caseríos han sido restaurados, otros no, pero todos lucen imponentes, es cuestión de gustos yo prefiero los edificios como los coches; me quedo con los que el tiempo ha dejado su patina en su fachada pero siguen en pie.
Si no se remedia la vegetación aquí crece exhuberante, adueñándose de todo y convirtiendo el metal en óxido.
Aquí por suerte encontramos los antaño rudos 4x4, diseñados para el duro trabajo diario, capaces de subir embarradas cuestas y adentrarse sin miedo en los más impenetrables bosques.
También encontramos algún cochentero que me reservo para otro post.
La carretera continua por la Sierra de Aralar hasta Leitza, pero ese camino lo tomaremos otro día, me despido del maravilloso pueblo de Goizueta no sin antes tomar un buen trago de agua fresca de su fuente centenaria.
Xavi, me haces soñar con ese mundo lejano...
ResponderEliminarAbrazo!
A veces soñar sirve para iniciar un proyecto o un viaje...jaja! te espero algún día por acá.
EliminarAbrazos!
Ojalá Xavi, es uno de mis sueños...
EliminarAbrazo!
Entramos en la estación ideal para visitar esos parajes (aún cuando todo el año está bien). El otoño le sienta como un guante al País Vasco, desde luego, y debe ser una delicia respirar ese aire fresco y disfrutar de la Naturaleza...
ResponderEliminarBuenos paseítos te das, Xavi! Puede estar el Golfito contento contigo.
Y nosotros también de paso.
Saludos!
Mi estación preferida para conducir es el Otoño, aquí con tanta monte hay una explosión multicolor y el bosque es un espectáculo, si no llueve claro.
EliminarQue mas quisiéramos los dos! Por desgracia lo muevo muy poco, pero cada vez me sorprende lo bien que sigue funcionando.
Abrazos!!
Una delicia, y por -al menos- una vez, no tuviste la nube sobre el auto durante todo el viaje!
ResponderEliminarMe quedé intrigado por la foto DCS00736 (la sexta del post) que muestra una construcción con una parte bajo el relieve, no puedo imaginar qué cosa pudo ser.
La nube descargó y dio una tregua recuerdo que incluso lució el sol al final.
EliminarLamentó no sacarte de tus dudas, el barrio se llama Ereñozu y sospecho que la construcción tiene algo que ver con el aprovechamiento del río tan caudaloso a su paso por ese lugar,ahora bien molino, herrería, estación eléctrica, presa? quien sabe su antigua utilidad.
se entiende, una toma de potencia.
Eliminarvoy a investigar, gracias!
Lugares y paisajes idílicos, como los que siempre nos descubres. Con tanto bullicio, tráfico, ruído y demás incomodidades que sufrimos a diario cuesta pensar que todavía queden tantos lugares con ese toque tan mágico... Si ya transmiten paz con solo ver las fotos, no me puedo imaginar cómo debe ser estar ahí.
ResponderEliminarLo mejor de todo es que después de la localidad de Goizueta la carretera proseguía internándose en la Navarra Norte, desgraciadamente por compromisos hube de retornar, pero estoy deseando proseguir por esa carretera del Urumea, seguro que depara otros enclaves idilicos.
EliminarA disfrutar de tus paseos, fantástica la zona, me parece que es de las pocas de los Pirnieos que no he visitado, y a las excelentes vistas hay que sumar que las carreteras por allí están generalmente muy bien conservadas, par mí lo malo es la humedad, que con la moto no me gusta tanto...y si se pueden hacer con un coche a propulsión de hasta mediados de los 90, mayor alegría de conducción.
ResponderEliminarSon carreteras con muy poco transito, transcurren paralelas a la autopista A15 que une Navarra con Gipuzkoa, que se come todo el trafico pesado, y la provincial solo la usan los escasos vecinos y los amantes de la conducción ya sea en dos o cuatro ruedas, para disfrutar pero con precaución la zona es muy húmeda y el piso resbaladizo.
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